Como siempre, vamos corriendo desde atrás. Los “nanoalimentos” ya están entre nosotros.
El “principio precautorio” nos indica que debemos desconfiar de la forma en que se aplicarán estos tremendos avances tecnológicos, y qué consecuencias traerán aparejadas.
Así como la “revolución verde” –que prometía “alimentos buenos y baratos para todos”- se transformó en el gran negocio de los OGM y la inusitada concentración del poderío económico en pocas empresas transnacionales. Patentamiento de semillas, apropiación de la biodiversidad, agronegocios, agrotóxicos, expulsión de campesinos y tierra para producir combustibles. Todo a partir de un engaño orquestado desde su origen.
¿Podemos creer que los resultados de la modificación “atómica” serán mejores que los obtenidos con la manipulación “genética” de las semillas?
Si vemos cuáles son las empresas –y la estrategia de silencio adoptada por ellas- que invierten en desarrollo nanotecnológico en el “mercado de la alimentación”, más que preocuparnos, tendremos que ocuparnos del tema.
En consecuencia, debemos tener presentes tres principios básicos:
1) Las nuevas tecnologías, por si solas, no resuelven las viejas injusticias.
2) En las relaciones capitalistas, el objetivo del desarrollo tecnológico es el lucro y no la satisfacción de las necesidades de la gente.
3) Cualquier tecnología nueva que se introduzca en una sociedad que no sea esencialmente justa, tenderá a agravar la diferencia entre ricos y pobres.
A continuación algunos párrafos como para introducirnos en el tema.
Pueden encontrar más información ampliada en http://nanoalimentos.blogspot.com/
En realidad se trata de una técnica que permite la utilización, manipulación y exploración de materias a nivel nanométrico; es decir, átomos y moléculas. Un nanómetro (nm) es un metro dividido en un millón de partes. Para comprender la escala en que actúa este nuevo conocimiento, basta decir que el diámetro de un pelo humano es 100.000 veces más grande que un nanómetro.
Y están movilizando el mundo. Al menos el económico. Se calcula que en investigaciones se gastan cerca de US$ 2,27 billones anuales. Para el año 2010 se espera que el mercado mundial de nanoalimentos alcance los US$ 20.400 millones.
Helmut Kaiser, consejero de nanotecnología para la Real Sociedad de Ciencia Británica, estima que actualmente hay más de 300 nanoproductos alimenticios disponibles en el mercado.
De eso hay muchos ejemplos. Algunos restaurantes de Estados Unidos ya utilizan un nanocatalizador para freír papas, creado por Oil Fresh, que permite conservar el mismo aceite durante más tiempo y bajar la temperatura de cocción en 20 grados.
En Nanotek Consortium, un grupo de 15 universidades y empresas reunidas por Kraft Foods, investigan la creación de nanopartículas que contengan aromas, sabores y colorantes específicos que permitan programar una bebida o fabricar alimentos personalizados, según el perfil nutricional de quienes los consumen. En los Países Bajos, Friesland Foods busca productos con bajo contenido de grasa, pero igual textura y sabor que los normales; mientras Lionix investiga con el Lab–on–a–chip un microlaboratorio que controla permanentemente la correcta conservación de productos frescos, como las ensaladas. También hay perspectivas para la separación de compuestos de la leche y para optimizar su transformación en productos derivados. Otro aspecto importante está en su potencial para hacer más efectiva la administración de fármacos, ya que podrían programarse para que actúen localizadamente.
Otras aplicaciones
Una de las grandes metas en el agro es optimizar el uso del agua, fertilizantes y productos fitosanitarios.
Monsanto trabaja con la empresa Flamel en el desarrollo de un herbicida en nanocápsulas. Pharmacia busca la fabricación de nanocápsulas de liberación lenta para fármacos y agroquímicos, y Syngenta tiene una nanocápsula que libera su contenido en el estómago de ciertos insectos.
También están en desarrollo nanocaptadores para detectar enfermedades, plagas o falta de agua en las plantas. KX Industries desarrolló filtros físicos con poros o membranas antivirales y antibacteriales que permitirían recuperar agua contaminada para uso agrícola o doméstico.
Se busca también un modo sencillo y barato para convertir azúcares de las plantas en una sustancia química para reemplazar a los derivados del petróleo en la elaboración de fertilizantes y disolventes. _____________________________________________
El mercado de la nanotecnología está creciendo rápidamente; actualmente Estados Unidos lidera este mercado con una inversión de 3.7 billones de dólares a través de la "National Nanotechnology Initiative (NNI)" (Iniciativa Nacional de Nanotecnología), seguido por Japón y la Unión Europea. Más de 400 compañías alrededor del mundo (incluidas Nestlé, Kraft, Heinz y Unilever) trabajan activamente en la investigación y desarrollo de la nanotecnología y se espera que este número crezca a 1000 compañías en los próximos 10 años.
Pero el problema es que las empresas de alimentos no son tan abiertas en sus declaraciones a la prensa sobre sus avances e investigaciones en nanotecnología, ya que el gran debate sobre los alimentos y organismos genéticamente modificados (OGMs) ha causado un gran impacto en el público consumidor que lo ha hecho más vigilante y cauteloso sobre cualquier nuevo avance tecnológico que tenga el potencial de ser dañino a nuestra salud y por ende controvertido. Una prueba de esto es que si uno realiza una búsqueda con los términos nano o nanotechnology (nanotecnología) en las páginas web de Kraft, Nestlé, Heinz o Altria uno obtiene exactamente cero páginas web. Pero si uno realiza la misma búsqueda en Google al colocar nanotechnology y el nombre de cualquiera de esas empresas obtendrá bastantes páginas de artículos y proyectos de investigación que están ocurriendo en la actualidad, lo cual resulta muy curioso ya que indica como que las páginas web de las empresas quieren deslindarse de la nanotecnología a pesar de tener laboratorios y programas activos en nanotecnología.
Por ejemplo, Kraft se encuentra desarrollando las bebidas "programables" que no tienen sabor ni color pero que contienen nanocápsulas con múltiples sabores y colores. El usuario solo tiene que calentar la bebida en el microondas por cierto periodo de tiempo y basado en ese tiempo podrá obtener bebidas con sabor y color de fresa o de naranja, o inclusive whisky o café.
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Debido a que la industria no tiene obligación de informar, no se sabe cuáles son estos productos, aunque diversos estudios han identificado nanoingredientes en la leche, la crema, el chocolate y en harinas en polvo, azúcar glas, aguas de sabor instantáneas, salsa de tomate y preparados para hacer pasteles.
"El ejemplo más claro de cómo operan las nanopartículas es la salsa ketchup. Las partículas fueron alteradas para modificar los fluidos y darle otra viscosidad. De no tener nanopartículas, al voltear el envase de cabeza el liquido se desplomaría como leche", explica en entrevista con BBC Mundo Lammertyn.
ver más informes en http://nanoalimentos.blogspot.com/
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