viernes, 6 de noviembre de 2009

En Neuquén criminalizan los reclamos de justicia por el asesinato de Carlos Fuentealba

Un luchador, sindicalista de los que casi no hay, Secretario de Drechos Humanos del Sindicato de Judiciales de Neuquen,por persistir en los reclamos de justicia por el asesinato de Carlos Fuentealba es procesado y perseguido.

Compañeros: Probablemente muchos de Uds. desconozcan los hechos que voy a relatar.Quizá algunos conozcan algunos detalles, con muy pocas precisiones, trataré de llevar en mi palabra un poco de luz para todos los que alguna vez salieron a poner el cuero en la denuncia y el reclamo de Justicia por el fusilamiento público de nuestro compañero Carlos Fuentealba.Puede que nadie sepa que quien hoy les escribe, y que pertenece a otro Sindicato estuvo presente el día del miserable asesinato de Carlos.Tampoco tienen porque entender que a partir de ese día el objetivo mayor que asumí, fue la defensa y el reclamo incondicional y definitivo por esa vida que vilmente nos fuera arrebatada.Alguna vez se escuchó de alguna organización que la sangre derramada por los Compañeros caídos no sería negociada, y ASI SERA, al menos para mí.Fue por aquellos días, en que el dolor nos calaba profundo, los días en que llorábamos y puteabamos.Fue en el momento en que el poder nos golpeaba en el lugar que mas nos dolía, y que apuntaba a inmovilizarnos, pero que nos llenó de coraje y rabia; fue cuando salimos a ocupar las calles, a pintar en las paredes del pueblo de Chos Malal que CARLOS FUENTEALBA ESTARIA PRESENTE, AHORA Y SIEMPRE.También, en esos tiempos de dolor, los lacayos del sobischismo pintaban otras cosas, muy otras... SOBISCH 100%Era el tiempo en que por estos cerros se tomaban decisiones de conjunto en una suerte de intersindical sin burocracias, fue cuando decidimos un grupo de compañeros, agregarle al cartel del criminal... ASESINO.SOBISCH 100% ASESINO Corrían horas en que la policía brava, los perros carroñeros del sistema nos perseguían e inventaban causas penales que apuntaba al mismo centro al que apuntó el poder político cuando disparó a la cabeza de Carlos... a la parálisis, a la desmovilización, al disciplinamiento.Por aquellos tiempos, de todos los que fuimos, cinco compañer@s fuimos imputados por el delito de daño; daño que solo podía producirse porque reclamábamos no solo por Carlos Fuentealba, sino también por Teresa Rodríguez, por Silvia Roghetti, por todos los crímenes impunes de la provincia de Neuquén.Habíamos acordado ir hasta las últimas consecuencias.Los que estuvimos lo deberían recordar.Fuimos perseguidos durante meses, vigilados, espiados, hasta que una noche alguien ordenó a dos policías, probablemente los más alcahuetes del sistema, que tenían que armar una causa contra un grupo de personas, especificando nombres y apellidos, y cumplieron con la orden impartida.Y lo hicieron como la policía de Neuquén hace esas inmundicias, como un mamarracho, inventaron un expediente sin pruebas, imputando a quienes fueron y a quines no fueron.Obviamente la convicción y el compromiso asumido le impidieron a los que no fueron salir a manifestarlo, porque nuestra certeza estaba fundada en la sangre que todavía manchaba el asfalto de la ruta en Arroyito.Ese invento llegó a manos de un fiscal alcahuete, Marcelo Jofré, uno de los funcionarios de la justicia neuquina que entró por la ventana de la mano del sobischismo, hijo de alcahuetes fue puesto en ese lugar para pagar los favores haciendo los deberes al poder, y fue él quién dio impulso a la falsa causa y nunca se apartó, a pesar de mantener una enemistad manifiesta con algunos de quienes estábamos imputados, y que un tiempo antes habíamos denunciado a su padre por golpear a los alumnos en una escuela albergue.Los hechos se fueron sucediendo rápidamente, y en tanto Sobisch, Rinzanfri, Soto, y todos los coautores del asesinato del compañero Carlos seguían caminando impunes las calles de la provincia, nuestra causa llegaba rápidamente al juicio.Aquí estamos, prontos a ser enjuiciados por delitos de imposible cumplimiento, acusados de varios hechos de daño simple y agravado.Demás está contarles que el juez de esta justicia chueca nunca se preocupó por investigar ninguna de las mentiras esgrimidas por la policía, mucho menos se evaluaron las pruebas de manera decente.Estos, sucintamente narrados son los hechos que ocurrieron en Chos Malal, un espacio olvidado, en la olvidada geografía del norte de Neuquén, que asumía el compromiso indeclinable de clamar por Justicia hasta las últimas consecuencias.Es hoy cuando nos llega el momento de demostrar coherencia, y de ir hasta esas últimas consecuencias, de hundir en el vientre del poder el cuchillo de la justicia del pueblo, de juntar a todos a los que todavía tenemos el alma perforada por el crimen del compañero para que su lucha no se vuelva una remera, un panfleto o una bandera.Es ahora cuando no deben aparecer las dudas. Y sí la ratificación de principios y conductas. Debemos ir a juicio. Demostrar que este Poder Judicial nada tiene que ver con la JUSTICIA. Que esta causa la impulsa la misma policía que mató a Carlos y a Teresa, la que reprime a los mapuches, la que aprieta a diario a nuestros pibes, la que agredió a Jesús Escobar.

Que detrás está el poder de Sobisch, Quiroga, Sapag, las petroleras, los estancieros, los terratenientes, Acipan, el periodismo fascista. Todo lo que es antagónico con la democracia y el buen gobierno.No tenemos que pedir perdón. ¿De qué nos van a perdonar? ¿De no callarnos? ¿De no haber aceptado humildemente el fusilamiento público del compañero, asesinado con el más absoluto desprecio por la vida? ¿De habernos organizado para reclamar justicia en una provincia llena de crímenes impunes cuando encontramos todos los otros caminos cerrados? ¿De haber demostrado al resto de al provincia de Neuquén que la dignidad vive aún en esta geografía olvidada de la provincia? ¿De haber manifestado pacíficamente nuestro compromiso con la vida? ¿De ser todos neuquinos? ¿De ser mayoritariamente sindicalistas y luchadores sociales? ¿De instar a través de esas acciones a todo el pueblo de la provincia a reclamar justicia ante los crímenes impunes? ¿De reclamar y luchar por libertad, democracia y justicia? ¿De no vendernos? ¿De no traicionar la sangre derramada?¿Quien debe pedir perdón y quién puede otorgarlo? ¿Los que dieron la orden de corrernos y matarnos, sentados a una mesa repleta de champaña, presidida por un gobernante enfermo de poder?El juicio es una batalla política más contra esta política represiva y excluyente que unifica a la mayoría de los políticos. Y también debe ser un escenario en el que demostremos que vamos por otra sociedad y otro estado. Que queremos recuperar la SOBERANÍA, instaurar la verdadera DEMOCRACIA y lograr JUSTICIA DISTRIBUTIVA para todos.

Y hay que construir la fuerza y el respaldo social para que como corresponde, esta farsa termine con la LIBRE ABSOLUCIÓN DE TODOS Y CADA UNO DE LOS COMPAÑEROS PERSEGUIDOS.Compañer@s, ha llegado la hora de jugarnos el compromiso e ir hasta las últimas consecuencias.En ese sentido no vale pedir disculpas, no sirve pedir ni dar cuartel.Hemos puesto en juego nuestra dignidad y el dolor y la sangre del compañero caído debe llamarnos a la reflexión.No debemos claudicar, nos está vedado dejar un resquicio por donde la derecha asesina pueda colarse.

Hoy más que nunca CARLOS FUENTEALBA PRESENTEAHORA Y SIEMPREAHORA Y SIEMPREAHORA Y SIEMPRECHOS MALAL, norte olvidado del Neuquén, 29 de octubre de 2009, año de las decisiones.-
Mario Angel AlonsoSec. Derechos HumanosS.E.Ju.N. – CTA
alonsomario@yahoo.com

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